Cómo ahorrar gasolina... y dinero

Debemos acostumbrarnos a hacer los cambios de marcha por debajo de 2.500 revoluciones
Cómo ahorrar gasolina... y dinero

Mantener una velocidad constante, utilizar el freno del motor y vigilar la presión de los neumáticos, ahorran combustible


La escalada de los precios de los combustibles en todo el mundo, especialmente desde el inicio de la invasión de Ucrania, hizo que en nuestro país se implantara una ayuda en forma de descuento de 20 céntimos de euro por litro de combustible. Ahora, con la cancelación de esa ayuda (salvo para los profesionales) desde el 31 de diciembre, se vuelve más necesario que nunca llevar a cabo una conducción eficiente, lo que resulta un aspecto clave para cuidar las reservas económicas de los conductores, espaciando al máximo la necesidad de repostar.

El uso de costumbres saludables y técnicas de conducción adecuadas podemos conseguir una reducción de hasta el 15% del consumo de carburante, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA).  Ángel Suárez, ingeniero del Centro Técnico de Seat, nos propone una serie de medidas cuidar nuestro bolsillo mediante el ahorro de combustible.

Suavecito

Descartamos los cambios de ritmo bruscos, acelerones y frenazos, porque aumentan el consumo de carburante. Por este motivo, “es importante conducir de manera fluida, anticipándose al trazado, y hacer las transiciones de manera suave”, explica Suárez. Las marchas cortas deben reservarse para los primeros segundos de circulación y apostar siempre que se pueda por las largas. Lo mejor es seguir la instrucciones del indicador de marcha adecuada de nuestro vehículo o en el caso de que no disponga de este sistema, hacer los cambios antes de las 2.500 vueltas.

Cuando apagar

Mantener el coche encendido durante paradas largas es contraproducente, ya que sobrecalienta el motor e incrementa el consumo de carburante. Cuando se trata de paradas cortas, por ejemplo en un semáforo, el motor parado a ralentí consume aproximadamente 1 litro por hora. “Toda la gama de Seat cuenta con el sistema Start&Stop que apaga por defecto el motor en las paradas” nos recuerda Ángel Suárez.

Velocidad constante

Las oscilaciones de velocidad afectan al consumo de combustible, por lo que es preferible mantener una misma velocidad siempre que el tráfico y la vía lo permitan. El control de crucero adaptativo es la solución perfecta para fijar la velocidad en superficies sin desnivel significativo, como autopistas. La IEA recomienda una disminución de 10 km/h sobre la velocidad máxima como medida de ahorro, y nosotros añadimos: "hacerlo especialmente en los tramos de subida"· De hecho, si ajustamos  el control de velocidad a 110 km/h en autopista, habremos conseguido entre medio litro y un litro de ahorro de carburante cada cien kilómetros.

El freno del motor

Siempre que sea posible intentaremos detenernos suavemente retirando el pie del acelerador, aprovechando la retención del motor antes de pisar el freno. El coche frena así progresivamente y reduce el consumo. Para ello es imprescindible llevar a cabo una conducción anticipativa y respetar la distancia de seguridad,

Ojo, colocar el punto muerto en las bajadas es una idea errónea. Lo adecuado es dejar la marcha puesta y levantar el pie del acelerador.

Aire acondicionado

El aire acondicionado es uno de los dispositivos no motrices que más combustible gasta, entre un 4% y un 10% según la IEA. También es contraproducente abrir las ventanillas a velocidades medias y altas porque crea un efecto arrastre: el aire entra en el coche y genera una resistencia aerodinámica que lo frena y hace que el motor tenga que trabajar más para mantener el ritmo deseado.

Lo recomendable es utilizar la función Auto del climatizador para optimizar la eficiencia del compresor. A partir de 80 km/h es cuando la aerodinámica juega un papel relevante, por lo que debemos llevar las ventanillas cerradas.

Presión de neumáticos

La correcta presión de los neumáticos es clave en materia de seguridad, pero también en lo que respecta a la conducción eficiente. Puede ahorrar al menos un 1,5% de carburante. Además, debemos distribuir la carga correctamente en el maletero, que también afecta a la eficiencia, y adecuar la presión de los neumáticos al peso del vehículo.

Planificar la ruta

Un itinerario programado supone ahorro. Tener que parar por retenciones, los imprevistos o perderse por caminos desconocidos prolongando el viaje puede parecer muy romántico, pero la consecuencia inmediata es el incremento innecesario del consumo. Por ello, sugerimos estudiar el trayecto con antelación, elegir el momento con menos tráfico para viajar y emplear un mismo desplazamiento para cumplir con varias necesidades.

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