Al comienzo de la segunda mitad del siglo XX, las versiones descapotables de los modelos populares habían prácticamente desaparecido de los catálogos de los constructores generalistas. Era difícil hacer un coche rígido sin techo, salvo lastrando el peso de forma escandalosa y a un coste elevado.

Sin embargo, en la década de los setenta, con nuevas técnicas para hacer carrocerías más rígidas, y con el VW Golf Cabrio como uno de los pioneros, el “topless” sobre cuatro ruedas volvió a formar parte de las gamas de los grandes fabricantes.

El Peugeot 205 se descubre

En el año 1983, cuando Peugeot lanzó el 205, el departamento de marketing de la marca elaboró un plan para hacer de este modelo un éxito. Así, planificaron que cada seis meses debía haber en todos los medios una novedad relacionada con la gama del 205: nueva versión, nuevo motor… En esa línea, Jean Todt, aún desconocido para el gran público, pero que había destacado por su brillante papel como copiloto, se incorporó a Peugeot-Talbot Sport, desarrollando un ambicioso plan deportivo con el 205 T16 con el objetivo de que se hablara del “doscientos cinco” en todos los campos.

Con el 205 GTI, lanzado en marzo de 1984, el éxito y la imagen deportiva del modelo están asegurados. Es entonces cuando llega el momento del 205 Cabrio…

Nacido de los pinceles de Pininfarina

El equipo de diseño de Peugeot, con Gerard Welter al frente, impuso su proyecto frente a Pininfarina en el lanzamiento del 205 berlina.  Pero en lo que concerniente al Cabrio, las tornas cambiaron y fue al diseñador italiano al que se le encargó en mayo de 1983 el desarrollo de la versión descapotable del 205.

Desde que se apruebó la construcción de un descapotable provisto de arco y parabrisas reforzado, se construyeron  hasta once prototipos para probar la flexión y torsión de la estructura. También, la capota de lona sufrió intensas pruebas: 5.000 ciclos de apertura y cierre, además de exponerse durante 96 horas a una niebla salina. Igual “maltrato” al que fue sometido el mecanismo de los elevalunas traseros de un solo montante.

En septiembre de 1985 el Peugeot 205 Cabrio quedó listo para la producción y fue a principios de 1986 cuando la prensa especializada publicó las primeras pruebas, poco antes de su lanzamiento comercial.

El pequeño y atractivo descapotable llegaba al mercado 1986 en dos versiones: el CT, equipado con un motor 1.360 cm3 de 80 CV que dan un comportamiento muy divertido, y el CTI de 115 CV, ni más ni menos que un GTI descapotable.

El 205 Cabrio CTI costaba el doble que un 205 básico, pero ya se sabe, la seducción no tiene precio. El chasis del tren delantero tuvo que ser reforzado para soportar el motor más pesado, pero la rigidez del conjunto muestra sus límites. El 205 CTI no alcanza las cualidades dinámicas del GTI, por eso cuando al este se le incorpora un motor más potente de 130 CV, se toma la sabia decisión de no hacer lo mismo con la variante descapotable.

Ya en el año 1987, una nueva familia de motores TU en cilindradas 1.1 y 1.4 pasaron a equipar los 205. Tenían las mismas cilindradas de los modelos franceses, hay que recordar que los 205 españoles montaban inicialmente motores diferentes, de origen Simca/Talbot. El  205 Cabrio  abandonó la definición CT por la CJ menos equipada  y menos potente (un solo carburador) con 65 CV y el objetivo de lograr un precio más ajustado para seducir a una clientela joven. La fórmula resultó acertada y se tradujo en buenas ventas.

En 1990, se subió la potencia a 70 CV y en 1992 a 75 CV, cifras que ahora nos parecen ridículas. En enero de 1993, el CTI incorporó un motor de 1.905 cm3 catalizado, con 105 CV y, finalmente, en 1995 Peugeot decidió finalizar la carrera comercial del 205 descapotable.