¿Un golpe al bolsillo? La regulación Euro 7 podría disparar los costes de fabricación de los vehículos

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¿Un golpe al bolsillo? La regulación Euro 7 podría disparar los costes de fabricación de los vehículos

La propuesta Euro 7 sobre emisiones de contaminantes podría generar un aumento de costos directos que son de 4 a 10 veces superiores a los citados por la Comisión Europea, según un nuevo estudio.

La regulación Euro 7 propuesta incrementará los costos de fabricación de coches, furgonetas, camiones y autobuses. Un estudio de Frontier Economics estima que los costos por vehículo rondarán los 2.000 euros para coches y furgonetas con motor de combustión interna, y cerca de 12.000 euros para camiones y autobuses diésel. Estas cifras son de 4 a 10 veces superiores a las estimaciones de la Comisión en su evaluación de impacto de Euro 7 (180-450 euros para coches y furgonetas, y 2.800 euros para camiones y autobuses).

Estas estimaciones comprenden solo los costos de fabricación directos, principalmente por equipos e inversiones. Cabe destacar que estos costos adicionales no corresponden con los precios de compra; en cambio, impulsan aún más los precios para los usuarios finales. Por lo tanto, según el estudio, es probable que los aumentos de precios sean superiores a las cifras citadas en el estudio.

La industria del automóvil europea está comprometida con la reducción de emisiones en beneficio del clima, el medio ambiente y la salud. Sin embargo, "la propuesta Euro 7 simplemente no es el camino correcto para hacerlo", ya que tendría un impacto ambiental extremadamente bajo a un costo extremadamente alto, declaró Sigrid de Vries, Directora General de la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos (ACEA).

Además de los costos directos, la propuesta Euro 7 provocará costos indirectos, como un mayor consumo de combustible. A lo largo de la vida útil de un vehículo, esto podría incrementar los costos de combustible en un 3,5%: es decir, un extra de 20.000 euros para camiones de larga distancia y 650 euros para coches y furgonetas.

Estos costos indirectos, ignorados en la evaluación de impacto de la Comisión, se sumarían a los costos directos. Aumentarían el coste total de propiedad de un vehículo, ejerciendo presiones financieras adicionales sobre los consumidores y las empresas en un momento de alta inflación y crecientes precios de la energía.

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