Audi RS6 Avant, un familiar con “sex appeal” y mucho nervio
Imaginemos que nuestro sueño es comprarnos un Audi R8, que podemos, que nos apetece. Pero ¿qué pensará nuestro cónyuge?. Y los niños, ¿qué hacemos con ellos?
Si compaginar trabajo y familia no es siempre fácil, conciliar sueños automovilísticos y necesidades familiares no resulta menos complicado. Sin embargo, en el caso del Audi R8 hay una solución familiar y se llama RS6
El Audi RS6 Avant es un automóvil familiar que si bien su imagen no es tan agresiva como la de un R8, su "sex appeal" no pasa desapercibido. Y menos en el caso de nuestra unidad de pruebas, con su color Exclusive Palace Blue contratando con los elementos en plata en los bajos de carrocería o retrovisores; con sus aletas ensanchadas y sus enormes llantas Trapèze de 22’’ (opción) que dejan ver unos gigantescos discos perforados (420 mm del/ 370 mm det) con pinzas de freno que en opción son de carbono cerámicos.
Agresivo sin estridencias
La estética del frontal exhibe diversas entradas de aire y el estilo deportivo de la carrocería se potencia con el spoiler, los deflectores verticales plateados en las tomas de aire laterales; atrás destacan las dos grandes salidas de escape. El Audi RS6 tiene unas dimensiones de 4,995 m de largo, 1,95 m de ancho y 1,46 m de alto, y aunque el peso es de 2.385 kg, la relación peso/potencia es muy buena, 4 kg/CV.
Al volante, la posición de conducción es excelente, con los asientos sport RS climatizados y calefactados, que sujetan muy bien. El espacio para las piernas en las plazas traseras es generoso, y el maletero, grande: entre 565 y 1.680 litros.
El infoentretenimiento es el que equipan los modelos altos de gama de la marca, con algunas opciones RS. En cuanto a las asistencias a la conducción, hay más de treinta: Audi PreSense, ayuda a la conducción nocturna, head up display, alumbrado adaptativo magnífico, avisador de bordillos y aceras...
El secreto está bajo el capó
El motor V8 4.0 TFSI 32v biturbo, ofrece una potencia de 600 CV entre 6000 y 6250 rpm, y un par de 800 Nm entre 2050 y 4500 vueltas. Va asociado a un alternador/arranque que alimenta una red de 48 voltios ofreciendo así una hibridación ligera y la etiqueta “ECO”.
Integra el sistema “Cylinder on Demand” que optimiza la eficiencia del motor al cortar el funcionamiento de 2, 4, 5 y hasta los 8 cilindros cuando su funcionamiento no es necesario; esto supone la reducción del consumos en 0,8 litros.
Hay seis modos de conducción disponibles, desde el Efficiency al más deportivo RS2, enteramente regulable por el conductor. La transmisión va a cargo de una caja automática Tiptronic de 8 relaciones y un diferencial central que distribuye 60% del par al eje trasero, pudiendo variar del 30 al 85% según las condiciones de adherencia.
Las prestaciones son espectaculares: 3,6 segundos de 0 a 100 km/h, 12 segundos para pasar de 0 a 200 km/h y una velocidad máxima limitada a 250 km/h que puede ser liberada hasta 305 km/h gracias al pack Dynamic Plus.
El chasis tiene los últimos avances de la marca: Adaptative Air Suspension RS con resortes neumáticos reforzados, y el Dynamic Ride Control (DRC), que une los amortiguadores derechos e izquierdos para reducir el balanceo de la carrocería. Y la dirección a las cuatro ruedas incrementa la estabilidad, al tiempo que facilita un radio de giro muy pequeño para un modelo de este estas dimensiones.
A los mandos
Una vez acomodados en su interior, que luce un impoluto tapizado en color blanco alabastro, apretamos el botón Start, y el RS6 nos deleita con la típica sonoridad del V8 Audi. Aparte del mando secuencial invertido de la transmisión y unas levas tras el volante demasiado pequeñas, la ergonomía es buena.
Desde los primeros kilómetros llama la atención la facilidad de conducción, así como la dirección incisiva y precisa. El tren delantero, ayudado por las ruedas traseras directrices y el par motor preponderante al eje trasero, ofrece un nivel de agarre espectacular y, asociado a la dirección directa, muestra un poder direccional extraordinario.
En modo Confort las suspensiones resultan algo firmes para un modelo familiar. En modo RS2, la amortiguación es verdaderamente deportiva y solo es apta para muy buenos asfaltos. Pero como todo es regulable, puede ajustar los diferentes parámetros a su gusto.
El comportamiento es fantástico en cualquier circunstancia y hay que violentar mucho el coche para encontrar los límites de la adherencia, corregidos inmediatamente por la electrónica. Los ruidos, aerodinámicos y de rodadura, están bien filtrados y el sonido del V8 es casi excesivamente discreto en los modos RS1 y RS2.
En cuanto a prestaciones, el empuje es progresivo, tanto que las sensaciones que tenemos al volante, de aceleración y agresividad no parecen las esperadas. Pero no se confíen: si miramos el velocímetro veremos que nos estamos equivocando, el RS6 acelera … y mucho.
Esta combinación de prestaciones y confort asombrosa hacen de este RS6 Avant un devorador de kilómetros. Habrá quien se pregunte si esta vitrina tecnológica de Audi, con estas prestaciones teóricas, tiene justificación en un panorama rutero como el actual donde solo se puede expresar a un tercio de su nivel de posibilidades. Pero ya se sabe, el reloj RM 27-04 Tourbillon de Rafa Nadal (1,3 millones de euros) marca la hora igual que un Casio de menos de cien euros, pero si pudiéramos ¿no lo tendríamos en nuestra muñeca?
Por cierto, tener entre nuestras manos el volante del Audi RS6 Avant es posible por menos de 180.000 euros, y esto es algo que no hace que no nos preocupen mucho los 14,8 litros que el V8 ha consumido de media en nuestra prueba. Eso sí, que conste que no nos hemos privado. ¡Shhhh!
